Patricia Aldama | El Mundo
Título original: La presión del ‘ebook’ obliga a mejorar el libro impreso
No se debe juzgar un libro por la apariencia de su portada, pero casi todo el mundo se deja influir en mayor o menor medida por el diseño y las imágenes de las tapas. "No debemos sorprendernos tanto de ello en una época en la que todo, desde lo que comemos hasta lo que votamos, se vende apelando a lo visual, y en donde el libro, como producto de la industria editorial, no podía dejar de ser menos".
Bajo esta perspectiva presentaba el profesor de diseño Eduardo Herrera el XI taller de diseño gráfico, ‘La portada del libro. Una puerta abierta a la lectura’.
La tarea del diseñador gráfico consiste en sintetizar en un espacio bidimensional la esencia de un libro, pero sin desvelar demasiado. Es un pequeño avance que debe ilusionar a quien observa la portada, persuadirle, hacerle ver que el libro tiene interés, que no le dejará indiferente, y despertar su curiosidad por saber qué va a encontrar entre las páginas.
"Las portadas tienen que hacer pensar", afirmaba Leire Fernández, codirectora del taller. "Que no se le dé todo hecho ni sea un acertijo, sino que le dé qué pensar".
Con ejemplos como los trabajos de los diseñadores españoles Daniel Gil y Manuel Estrada, Herrera y Fernández explicaron a los asistentes al taller que no deben crear portadas literales o "pornográficas", que muestren "demasiado", sino composiciones "muy eróticas", que "sugieran".
Para la profesora, al lector no hay que "darle todo hecho" porque "no es tonto", y además el significado del libro "no está en las propias portadas, sino en el receptor, en el público que de la portada extrae la esencia del libro, luego lo lee y le da su significado", insistió Fernández.
Ahora que el libro digital está en auge, muchos diseñadores se echan las manos a la cabeza porque piensan que la gráfica editorial se está extinguiendo. Sin embargo, Fernández opina todo lo contrario: el ebook "es un producto más que hay que añadir y no por eso sustituir lo que ya existe".
Aunque reconocía que la tendencia general es "adaptar" las portadas de libros impresos y también el interior al formato digital, es importante distinguir las peculiaridades y requerimientos de cada soporte, ya que son diferentes.
"El libro electrónico es un campo más de trabajo y una oportunidad" que se suma al sector del libro tradicional, alegaba la profesora. "Queremos, esperamos y pensamos que van a ser dos cosas que van a convivir en el espacio y el tiempo".
Fernández también adelantó que la nueva tipografía elaborada para la Universidad del País Vasco ya se encuentra elaborada pero no se hará pública hasta diciembre.
Nenhum comentário:
Postar um comentário